Changing UI Language in Visual Studio 2015

For some reason, I usually make the same mistake, over and over again: I install Visual Studio 2015 Community Edition using the web link provided by Microsoft. The problem with that is that the web automatically detects your system’s language, and downloads the corresponding version of VS. In my case, my PCs are usually in Spanish, so VS is downloaded and installed in Spanish. And I usually don’t realize until it’s too late…

I hate using certain apps in Spanish, and VS is one of those. I prefer using it in English, and as the installation takes ages, I decided to switch the UI language instead of uninstalling and installing all over again (which would be cleaner, I guess).

First problem is that VS only comes with one language: the one you chose when downloading. So, no English available…


So, I decided to search for a language pack, which is quite easy. The second problem is that the official MS link for that always seems to download the Spanish language pack. No matter what. Please note the installer says “Paquede de idioma 2015 – ESN” instead of “2015 Language Pack – ENU”:



Third problem is that if you try to install the Spanish language pack, it won’t detect that VS already includes that language, and will go through the whole installation process (and wasting hard drive space, I assume). It’s completely useless, as VS already has that language, and as a result VS Internationalization Options will remain the same.

So, if you want to download the proper lang pack, use this other link instead. It will provide you with the correct installer. After using it, now everything is working as expected, and it's installing the proper Language Pack – ENU.



After English UI is properly up and running, you can proceed to uninstall the previous Spanish language pack, if you want to.


eDreams–Europ Assistance: Que no te engañen con el seguro de viaje

Hace poco nos tocó cancelar nuestras vacaciones por motivos médicos.

Gracias a Dios, cuando contraté todo escogí siempre las opciones reembolsables, y para los vuelos contraté un seguro de cancelación en la confianza de que ante cualquier contratiempo, te devolverían el dinero fácilmente. Iluso de mi…

La realidad ha sido bien diferente, con un proceso tortuoso y complejo. Muy complejo. Se nota a la perfección que está diseñado para que el cliente se canse, se de por vencido o simplemente no sepa o no pueda terminar la solicitud a tiempo.

Aquí algunos consejos para tener éxito a la hora de hacer la reclamación…

Contratación del seguro

Multitud de empresas te ofrecen contratar un seguro de cancelación. Como siempre pasa con los seguros, contratarlos es tan sencillo como marcar una casilla. Pero a la hora de reclamar algo, la cosa cambia.

En mi caso, compré los vuelos a través de eDreams, como he hecho muchas veces. Y como siempre, contraté el seguro de anulación por 45 euros (esta es la primera vez que me toca utilizarlo):

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En este caso, el seguro lo proporciona la empresa Europ Assistance (especializada en seguros de viaje), y aquí empiezan a llegar las trampas:

Nota: cuando digo “trampas”, no quiero decir que la empresa haga algo ilegal. Al contrario, se aseguran de que todo lo que hacen es perfectamente legal, con legiones de abogados para diseñar estos procedimientos. Los hacen lo suficientemente complicados para dificultar la comprensión del cliente, pero sin pasarse para que nadie les pueda acusar de fraude.

1ª Trampa: la página de contratación

Como siempre, la página donde tu escoges añadir un seguro de cancelación es de lo más simple: un click de ratón basta para añadir el seguro a tu compra.

Lamentablemente, también es muy desinformativa… Lo que te dicen es, básicamente:

“Añade tranquilidad absoluta con tu seguro de cancelación: si anulas el viaje, o incluso si pierdes tu vuelo, te reembolsamos el importe (haz clic aquí para ver condiciones)”.

Nada más lejos de la realidad...

2ª Trampa: el resumen del condicionado

Como es habitual, el condicionado del seguro viene en un link a parte (donde decía “haz clic aqui para ver condiciones”). En este caso, ese enlace te lleva a esta página.

Pero cuidado!! que ese no es el condicionado de la póliza real, sino un resumen. Si os fijáis, nada más empezar a leer, te encuentras con un nuevo disclaimer: “Para más información acerca de las condiciones generales de su seguro, acceda a este link”.

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Y es ése segundo link el que cuenta. Este primero está diseñado única y exclusivamente para confundirte aún más, haciéndote creer que has leído las condiciones, cuando no es así. Es un simple panfleto.

Si pincháis en ese segundo link, accederéis a un contrato legal de 18 páginas, donde se especifica todo el condicionado real, por supuesto en idioma de abogados, lo más rebuscado posible para dificultar su comprensión y aburrir al lector para que desista.

¿Diferencias entre el contrato y el resumen? Pues unas cuantas…

Ejemplo 1 – pérdida del vuelo

En el resumen se indica que el seguro te cubre en caso de que pierdas el vuelo, con el siguiente texto:

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Si ahora leéis el contrato, en la página 2 encontraréis exactamente lo mismo (un pelín más explicado, pero lo mismo). Sin embargo, en la página 14 se añaden condiciones adicionales:

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Es decir, el seguro SOLO te va a cubrir la pérdida de vuelo si:

  • Si puedes justificar por escrito que has perdido el vuelo por causa ajena a tu voluntad. Por ejemplo: si un autobús llega tarde y has perdido el vuelo por eso, tendrás que ponerte en contacto con la empresa de transportes para que te de un justificante oficial que certifique que dicho autobús llegó tarde. También tendrás que aportar el billete que justifica que tú ibas en ese autobús, y probablemente un justificante de que la empresa no te ofreció alternativa para llegar a tiempo al aeropuerto. Algo que es muy poco probable que consigas. Y eso si la causa del retraso es una de las que el seguro estipula, que si no, olvídate.
  • Si además has comprado otro vuelo al mismo destino en las 48 horas siguientes al vuelo inicial, y aportar factura de la compra. Si al perder el vuelo decides cancelar las vacaciones, si no encuentras otro vuelo disponible, o si no te puedes permitir pagar el precio (no me imagino cuanto puede costar un vuelo comprado con 1 solo día de antelación), despídete. El seguro no te cubrirá.

Y si finalmente consigues justificar todo, solo te van a pagar el 50% del billete (esto si estaba en el resumen inicial). Lo que no decían en el resumen inicial es que te pagan el 50% del importe sin tasas. Así que aunque consigas que te devuelvan algo, será mucho menos de lo que creías.

Ejemplo 2 - Cancelación del viaje

Este es nuestro caso. Y si ingenuamente (como yo) crees que simplemente vas a poder llamar y decir que quieres cancelar el vuelo (como te prometen cuando lo contratas), vas listo…

Esto es lo que dice el resumen:

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Sin embargo, cuando empiezas a leer las condiciones del contrato, te das cuenta de que el seguro solo te cubrirá en un periodo muy concreto de tiempo, y si la cancelación es por un motivo “razonable y necesario”. Pero claro… ¿qué es eso? Pues te ponen ejemplos, como “fallecimiento, enfermedad o accidente grave del asegurado” etc.

El problema es que, alegues lo que alegues, debes justificarlo con un informe médico o de una autoridad competente, que certifique que no puedes realizar el viaje. Y si te diagnostican una enfermedad, o cualquier cosa, tienes que compartir tus miserias con el tipo del seguro, y el unilateralmente decidirá si lo que te ha pasado es lo suficientemente grave. Algo bastante desagradable, la verdad.

Y por supuesto, si finalmente eres de los pocos que consiguen su devolución, en la página “mil” del contrato se detallan las penalizaciones y franquicias que te aplicarán, así que nuevamente no te van a devolver la cuantía completa (ni el porcentaje que se indica en el resumen).

3ª Trampa: el proceso de reclamación

Lo más probable es que tu caso quede descartado nada más empezar y no veas ni un duro. Bien porque no reclamas a tiempo, bien porque no puedes conseguir la documentación que te piden, o simplemente porque no entras en uno de los casos contemplados.

En nuestro caso, tuvimos suerte porque era por motivo médico. Así que decidí no rendirme, y seguir adelante con todo el proceso. No tanto por el dinero (que también), si no por un tema de dignidad… ESTOS TIPEJOS NO ME IBAN A GANAR CON TRUCOS TAN CUTRES.

Así que me puse manos a la obra:

  • En primer lugar, nadie te explica cómo iniciar un proceso de reclamación de reembolso. En mi caso, tuve que llamar por teléfono al número de contacto eDreams, donde me dijeron que debía reclamar a la compañía de seguros (me enteré de su existencia en ese momento), no a ellos. Me dieron el teléfono, y al llamar: primer problema… solo atienden de lunes a viernes en horario de oficina. Así que si estás en fin de semana, no podrás hacer nada hasta el lunes.
  • Por supuesto, cada llamada es a uno de esos números que cuestan un ojo de la cara. Y cada vez que llamas tienes que pasar por una interminable lista de preguntas tipo: “Si desea que le atendamos en inglés, pulse 3…” “Si desea comunicar un siniestro, pulse 1..”. Para cuando consigues hablar con alguien, ya llevas 2 o 3 minutos al teléfono, con los consiguientes 2 o 3 euros de factura. Habré llamado unas 10 o 12 veces, así que imaginad…

Cuando por fin consigues empezar el trámite, no te ayudan demasiado. Te dan un link, y te remiten a su web, donde hay unas instrucciones mínimas indicando PARTE de la documentación que debes aportar.

Y digo “parte”, porque terminan pidiéndote mucha más documentación de la que ahí te indican. Además, te la piden paulatinamente, con un email por semana aproximadamente. Supongo que para ver si pierdes tiempo y se te pasa el plazo de la reclamación, o símplemente te cansas.

En nuestro caso, nos terminaron pidiendo la siguiente documentación:

  • Confirmación de reserva de los vuelos
  • Copia de las tarjetas de embarque
  • ATENCION: Certificado médico que indica el motivo por el que no puedes hacer el viaje. En nuestro caso, a las semanas de enviarlo nos dijeron que no era lo suficientemente detallado. Llamé por teléfono a preguntar qué era lo que le faltaba al informe, y después de hablar con un asesor, me reconoció que no le faltaba nada y que estaba bien. Pero por de pronto lo intentaron, a ver si colaba.
  • ATENCION: Certificado oficial de parentesco de mi mujer!!: A pesar de que el seguro estaba a nombre de los dos, y los billetes iban a nombre de los dos, dado que el problema médico solo afectaba a uno (ya sería mala suerte que afectara a ambos…), te piden que certifiques por qué el otro pasajero (el que está sano) no puede viajar. En este caso, justificando que somos cónyuges… Alucina!!! Así que tuve que mandar una copia del libro de familia. Increíble…
  • ATENCION: Certificado de las dos compañías aéreas (en mi caso Vueling y Ryanair) de que efectivamente no te presentaste al vuelo. Esto se llama No-Show Letter, y hay que solicitarlo a cada compañía. En mi caso tardaron más de una semana en enviármela.
  • ATENCION: Factura oficial de los vuelos, no las tarjetas de embarque, ni la reserva… facturas. Y hay que solicitarlas a las compañías aéreas. Nuevamente, tardan días en proporcionártelas… En ellas, debe indicarse el nombre de los pasajeros y el importe exacto de los billetes. También es necesaria cualquier otra factura de gastos adicionales que queramso reclamar (reserva de asientos, sobrecoste por equipaje, etc).

Y como decía todo esto te lo van pidiendo paso a paso. Semana tras semana, para que te desesperes y te rindas. Además, nunca te dejan claro como debes proporcionar la documentación: en teoría, tienen una web donde debes ir subiéndola, pero cuando llamaba después de hacerlo al operador de turno, no le constaba haberla recibido. Lo único que funcionó en mi caso fue responder a los emails que me enviaban, adjuntando la documentación ahí.

Además, si pasan más de X días sin noticias tuyas desde la última comunicación, cierran el caso y listo. En fin, que a no ser que te empeñes mucho mucho mucho, como yo, no lo consigues ni de coña. El ratio de reclamaciones de reembolso aprobadas por esta gente debe de ser de risa…

4ª Trampa: morir matando

Cuando ya han claudicado, cuando ya crees que vas a poder gritar VICTORIA!!! Cuando no les queda más remedio que admitir que te tienen que devolver la pasta, te mandan un email como éste:

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Pero por supuesto intentan colarte algo de última hora: en nuestro caso, la cancelación era por motivo médico justificado, lo cual según su contrato implica una penalización (en forma de franquicia) del 10%. Pero según el email de arriba, nos han aplicado una penalización del 20%. Sin explicación ni motivo aparente…

Y como a cabezón no me gana nadie, también les he reclamado eso… Nuevamente no es por el dinero, sino por una cuestión de que no se salgan con la suya… Y ¿cual ha sido la respuesta? Que la franquicia del 10% solo se aplica en caso de “enfermedad grave”, y que según la documentación aportada, el asesor del seguro ha decidido que lo nuestro no es suficientemente grave. Acojonante…

5º: Los números de esta gente

En nuestro caso, el coste de los vuelos era alrededor de 500€. Pero ese no es el importe real que ellos arriesgan, ni lo que vas a recibir si completas la reclamación con éxito. Estas son las cuentas del proceso:

500 €
- 45€ del precio del seguro
- 60 € de deducción por asegurado (a saber qué es esto)
- 36€ de factura de teléfono que les dejas en llamadas
- 100€ de penalización en concepto de franquicia (20%)

Total: 259 Euros

Esa es la cantidad que le vas a sacar al seguro, en el mejor de los casos. Y por supuesto, te pagan a N días, para sacarle rédito a ese dinerito mientras tanto.

Así que si contamos como es el proceso de reclamación, y que muy muy poca gente logrará completarlo con éxito… Realmente tienen un negocio REDONDO.

En fin. La imagen que mejor describe cómo me he sentido a lo largo del proceso es esta:

Smile

Cómo utilizan la estadística para engañarte

Estadística… Esa ciencia que dice que si tu te comiste un pollo y yo no comí nada, cada uno de los dos nos comimos medio pollo. Tan falsa y tan cierta, tan inútil y tan necesaria. Todo depende de quién la use y para qué. Desde un científico que necesita analizar la veracidad de sus resultados, hasta un político que busca un argumento convincente para su propuesta, sea cierto o no.

Un ejemplo: últimamente se ha hecho viral esta foto:

precios

En ese papel se comparan precios de 1999 y 2011, y afirma que son 4 veces más caros. Lo cierto es que si uno hace el cálculo, el incremento no es de 4 veces más sino “solo” 2.5 veces más. Pero da igual… es bastante cierto todo lo que pone, y un incremento de 2.5x sigue siendo un escándalo. Así que si, ¡oye! tiene su punto. Y cuando uno lo lee, y repasa mentalmente los precios que recuerda de aquellos años, enseguida dice: “¡tiene más razón que un santo!, con el Euro, efectivamente nos la han metido doblada”. Bueno, puede que sí, y puede que no…

La gente no suele pararse a pensar en un “error” básico que se comete casi siempre: utilizar un conjunto de muestras demasiado pequeño y desviado. En otras palabras: de los miles y miles de productos que consumimos, ahí solo menciona 8 o 9.

Es evidente que la validez de una estadística depende del conjunto de muestras utilizadas, y de lo bien (o mal) que representa a la población general. Pongamos otro ejemplo: me he tomado unos minutos para buscar anuncios en Youtube de los años 1999-2001, para poder comparar otros precios con los actuales, y he obtenido estos resultados:

image

Si calculáis la media del incremento (o decremento) de precios en esos casos, ¿sabéis que sale?

1.0x

Es decir, según esa tabla, los precios no han subido absolutamente nada en los últimos 15 años, algo que sabemos es rotundamente falso.

Si ahora combinamos ambas tablas, extendiendo el espacio de muestras para que incluya todos los productos, obtenemos lo siguiente:

image

Si de nuevo calculamos la media del incremento de precios, esta vez obtenemos: 1.6x. Bastante alejado del 1.0x, pero más aún del 4x que mencionaba el papel de la foto.

Es evidente que la fiabilidad y precisión de una estadística va creciendo conforme se aumenta el espacio de muestras. El problema es: ¿a partir de qué punto se considera que el espacio de muestras representa con suficiente fiabilidad al conjunto de la población? La estadística ofrece herramientas para medir estas desviaciones, pero el problema es que nadie las utiliza. Más aún, cuando se ofrece una estadística, ni siquiera nos informan de cómo era el espacio de muestras…

Otro ejemplo: las predecibles encuestas de determinados canales de Tv, que siempre obtienen resultados que se alinean con su ideología:

Lo que no nos dicen es que quizá en esa encuesta hayan votado 14 personas (que ya de por sí están sesgadas por el mero hecho de ver ese canal). Es otro ejemplo de un espacio de muestras ridículamente sesgado, cuyos resultados no sirven para nada (más allá de para intentar manipular).

El problema es que estamos tan acostumbrados a esto, que ni siquiera nos preocupamos de informarnos como es debido. Cuando oímos una estadística, el único filtro por el que la pasamos es nuestra propia ideología: si es algo que se alinea con nuestra forma de ver la vida, nos lo creemos sin vacilar. Si no, simplemente lo ignoramos o (entonces sí) decidimos que probablemente ese periodicucho es parcial o partidista.

Así que si… somos extremadamente fáciles de manipular. Y esto lo hacen absolutamente todos los medios y partidos. De derecha, de izquierda, de centro y de dentro…

De igual forma que los alimentos deben incluir información nutricional, o los medicamentos informar sobre sus efectos secundarios, deberíamos exigir que los medios, los políticos, todo el mundo… estuvieran obligados a informar sobre el tamaño y la representatividad de las muestras que ha utilizado al obtener una estadística.

Así, la próxima vez que nos la intenten colar algo como “no se qué problema está mejorando (o empeorando)” y tengan que reconocer que solo han preguntado a 200 personas, no solo sabremos que no debemos hacer caso a ese dato, sino que la persona en cuestión quedará en ridículo y en el futuro se verá obligada a realizar estadísticas más realistas.

He hecho una encuesta en mi oficina, y el 85% de la gente está de acuerdo conmigo en esto… Smile

Tu carrera profesional

Mucha gente sale de la universidad sin tener ni idea de qué puede esperar de los años siguientes. El otro día me topé con una imagen que describe muy muy bien la progresión profesional en corporaciones, casi sin importar el sector concreto en el que se muevan.

Ahí va...




Cuando sales de la universidad, eres un JUNIOR. No importa cuánto sepas. No importa lo bueno que seas. Eres JUNIOR porque no tienes experiencia. No tienes ni idea de cómo se trabaja en un entorno profesional y si, vas a necesitar ayuda para todo.

Cuando han pasado unos años, normalmente 5, o 6, puedes considerarte SENIOR, y si has hecho las cosas bien, tu empresa debería reconocerlo así. Eres capaz de contribuir de forma independiente. La mayor parte de las veces no necesitas ayuda de nadie, sino que serás tu quien ayude a los JUNIORS.

Tras otros 4 o 5 años, estarás listo para dar el siguiente salto, y podrás pasar a ser MANAGER, contribuyendo a la empresa a través de los demás. Ésta es la fase en la que diriges tu propio equipo y delegas en miembros SENIOR y JUNIOR para implementar algunas tareas.

Y nuevamente, si sigues haciendo las cosas muy muy bien, cuando tengas 14 o 15 años de experiencia podrás aspirar a ser DIRECTOR, y hacer contribuciones estratégicas a la empresa. Decisiones que definen el rumbo de la misma.

Esto es lo que hay, y ese es el tiempo que lleva.


Ánimo!! :)